Escaparle a la vida cada tanto, es un viaje que nos
merecemos algunos
Lo más problemático ni siquiera es formar parte de la lista,
tamaño privilegio
Es vencer la tentación de no querer volver, de convencerte
que el aburrimiento
Aquiescente, es parte del todo, que permite ese instante
libertario
Ese tiempo detenido, que retorna, eternamente en el candor
de sus ojos
Encrucijada en dejarlo ser, saber con sentido que parte de
esa vida suya, en algo tiene que ver con la mía.
Como la de tantos, nuevamente las dudas, que párrafos de esa
historia universal, son las oraciones más propias, de nuestros dolores más
íntimos, de nuestras alegrías más fraternas
Preguntas que me invitan a huir, a buscar no volver a
escucharlas, imágenes varias de un instante frugal, abrazado a las escamas de
la sirena que los hombres hemos inventado como faro en la oscuridad solemne de
una petulante soledad
Como volver de tal viaje, como compartirlo con quiénes ni
siquiera saben que tales lugares existen, de todas esas imágenes, sensaciones,
pensamientos y fruiciones, estamos hechos algunos
Es la sencilla razón por la que no entendes, alguna
ocurrencia, frase, mal humor o risa de la nada, ironía existencial, plagada de
temores transformados en certezas, que te llevan muchas veces a ni siquiera
saludarme
Las sirenas son del mar y del viento, de los náufragos y de
los capitanes bravíos, nunca se fijarían en quienes no puedan comprender
palabras como estas…
Privilegios delirantes de quienes amamos pensar, pese a
mortificarnos con ello.