Intente desertar de mi destino
No creyendo en él
Quizá merezca la pena impuesta
Este sufrimiento orgánico y espiritual
No ser un cordero se paga con algo más que la muerte
Se abona todos los días recibiendo indiferencia, cuando no,
odio
De esas ovejas que no entienden que están para mas
Ni que hablar del pastor, siempre distante y punitivo
Si alguna vez intente algo en contra de lo establecido
Si llevo en mi sangre tal veneno fatuo
Condénenme a un exilio consensuado
No quiero importunarlos, con mis palabras y mis pensamientos
Yo pertenezco a otra dimensión en donde disfrutamos pensando
y discutiendo
Sépanme disculpar, sáquenme de este presidio, páguenme lo
que me deben
Y me iré como sí lo nunca los hubiese conocido o simulando
Llevar de ustedes el mejor de los recuerdos.