Popular Posts

POEMA
La Pequeña Victoria

La pequeña sonríe

No vacila en objetivos lograr

Una rosa la ha lastimado

Teme al jardín ingresar


Traviesa y caprichosa

 

Sus cabellos al viento, ostentan

La frescura de su pensar

La pequeña sonríe

 

No cesa en su lucha

Por la calma y el logro

Infamia eterna y pura

La pequeña Viviana

 

Ya sonríe en paz

Pues, sin ver, ha encontrado

La flor predilecta

Llamada amar

 

Que no tema, ni dude

Pues el tallo, no la va a lastimar

Que no recuerde ni se angustie

Pues la flor forma parte de ella

Y nunca la va a abandonar

 

Calamidad del destino

Furia del mal

Nada detienen a mi flor sin edad
 

Victoria

Soberbia inaudita del mortal

Juego compulsivo y tenaz

Demostrar en un acto o pensamiento

La debilidad terrenal

Omnipotente y certera es la llama de la inmensidad

Pájaros surcando inmensos cielos

Estrellas navegando en el eterno éter

Demuestran, sin cavilar, la insignificancia del mortal

 

Bañado, quizá en las mieles del amar

Un humano de cierto tesoro, se puede jactar

Que guarde con celo su conquista

Pues el viento inmenso de la vida se lo puede quitar

 

De que valen los oropeles

O las riquezas

Sí el hombre festeja

En auténtica soledad

Su nada y fantasiosa existencia fugaz

 

Dulce y aquiescente caminar

Un anciano sentado a la vera del mar

Tiñe con fuego y pasión

El conflictivo y artero juego de la espera

 

Recuerdos proyecta, desde tan paciente sitial

El niño con rostro senil

Solapado viento enreda el paraíso del sosiego

Mientras las olas golpean, sin claudicar

 

Dulce y melancólico es el tiempo

Animal furioso del mandamás

Pobre anciano niño, que lo mismo soporta

Por tan solo un mísero instante de calma y paz