El autor correntino,
bajo su ponencia “Dios y Marx los concepto eurocentristas que no permiten la
filosofía en África y Latinoamérica” fue validado teóricamente para ser parte
del XV Congreso de filosofía Conafi (organizada por la Universidad del
Altiplano), a llevarse a cabo en Puno, Perú, del 26 al 30 de octubre de 2015.
Su participación efectiva, dependerá del apoyo institucional que logre concitar
el autor, quién abrevaba en lo que se da en llamar la “filosofía de la
liberación latinoamericana”, que posee como eje neurálgico el pensar desde la
opción del “pobre”, el autor asimismo, es reconocido internacionalmente
también, por otra de sus originales propuestas teóricas, como el caso del “voto
compensatorio” una redefinición del contrato social que propone que el valor
del voto del pobre o marginal valga cinco en los actos eleccionarios,
celebratorios de las democracias actuales.
Sindicado en algunos
círculos, de los cuáles no pertenece ni pretende pertenecer, al autor
caracterizado como provocador, nos interpela:
“Para ponerlo en términos más claros, el erario
público, que sostiene cada una de las universidades de estas partes del mundo,
deja de estar presente en otros ámbitos, tan o más necesarios para la mayoría
de estos pueblos, es decir, el pupitre de la universidad y el pizarrón,
significa y representa una anestesia menos en un hospital, una puerta menos en
una casa para una familia indigente.
Sin querer significar otra cosa de lo que afirmamos
simplemente queremos preguntarnos y preguntar. ¿Cómo le ha devuelto la
filosofía esta inversión a su comunidad? ¿Le ha brindado acaso un sistema
político, educativo o social nuevo? O ¿Ha fomentado cierto onanismo
intelectual, en donde en el mejor de los casos, como subproducto o como
resultante brindó tanto a su comunidad como a la comunidad internacional, no
sólo decenas de miles de tesis doctorales que duermen el sueño de los justos en
libros que nadie lee, sino también doctores que colonizados en sus conceptos
eurocentristas no colaboran o contribuyen para que pueda darse la posibilidad,
que desde las aulas o fuera de ellas, pensemos en términos más relacionados con
nuestras características y peculiaridades culturales?”.
Nos
responde de la siguiente manera, bajo los argumentos que sostienen sus
propuestas teóricas que son recibidas positivamente a lo largo y a lo ancho del
mundo, en diferentes foros, simposios y congresos filosóficos internacionales:
“Pensar a Dios y Marx, como algo más allá de su
vinculación con el otorgar respuestas al condicionamiento del pobre, es seguir
sujeto a las imposiciones que esos conceptos nos traen o nos vienen, arropados
o contaminados de un eurocentrismo, del cual debemos necesariamente salir, o
del cual debemos desintoxicarnos, sin que ello signifique atacarlo o negarlo.
La dictadura del proletariado, la plusvalía, el
sentido de culpa y el paraíso celestial, no deben ser playas en donde debamos
llevar el barco de nuestros pensamientos, nuestros pasajeros hace tiempo que
nos vienen indicando de la no existencia de puertos posibles, en tal eterno
transitar, no son pocos, los desafíos que recurrentemente se nos presentan en
alta mar, pero ninguno de los mismos lo resolveremos dirigiendo el navío a
lugares inexistentes en nuestras latitudes y por ende ninguna de las cartas de
navegación editadas en aquel occidente
tutelador nos puede resultar decisivamente necesario, útil o mucho menos
indispensable”. Espeta contundentemente el autor.
Finalmente
y ante la posibilidad concreta y efectiva de que pueda estar presente en este
congreso internacional de filosofía, González Cabañas, afirma: “Hace tiempo que
este tipo de resoluciones burocráticas me tienen sin cuidado alguno, este tipo
de pensamientos, o de consideraciones intelectuales, que me tocan representar,
ya se han viralizado en grado sumo, y más temprano que tarde, serán los ejes
conceptuales, mediante los cuales, la educación, la cultura y la política,
harán emerger un manejo diferente del fenómeno humano”.