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14º Congreso de Filosofía que acepta ponencia del filósofo correntino Francisco Tomás González Cabañas

Se trata del II Congreso Internacional de filosofía y educación en nuestra américa, a llevarse a cabo en la universidad nacional de Cuyo, los próximos 12, 13 y 14 de noviembre. El autor quién ya conferenció en distintos ámbitos académicos del mundo, entre los que se incluyen la Universidad Complutense de Madrid, la de Guadalajara en México, la Nacional de Rosario y del Nordeste, alcanzó esta nueva aceptación que lo convierte en un autor a nivel local como internacional que despierta interés y atención en los foros del pensamiento.
Sí bien el filósofo se encuentra redactando su corpus teórico, que conforman las 9 tesis que han sido tenidas en cuenta en los ámbitos intelectuales, la referida al campo de la filosofía política, denominada el voto compensatorio, es la que genera y concita una inusitada atención dado lo pretencioso e innovador de la propuesta.
La misma pretende, deconstruir el contrato social, resignificar el principio de igualdad y acotar el sentido de lo polisémico de lo democrático. En términos prácticos la propuesta se define para que en los turnos electorales, las personas que han sido “olvidadas” por el estado, marginadas o en situación de pobreza, el voto de las mismas, valga nominalmente más que del aquellas personas en las que el estado está presente.
Así lo plantea el filósofo en sus consideraciones “Todos los días y años en que el estado no estuvo para estos ciudadanos, estará el día de la elección, mediante la fuerza que le debe devolver para que el voto de estos, se diferencie de quiénes sí han tenido al estado en sus vidas o días más allá de una elección.
Este empoderamiento, o devolución, significará la posibilidad de que estos puedan defenderse en su dignidad, cuando sus representantes o candidatos a representarlos vayan a intentar seducirlos mediante la dádiva, la prebenda o el intento de compra directa de sus votos, haciendo uso y abuso de la situación de marginalidad a la que están sumidos, por ese mismo estado que nos lo defiende y que tiene como representantes a esos que van en busca de explotarlos en su dignidad, pidiéndoles que los voten trocándoles la decisión por algo puntual.
Esto generará que la legitimidad de la representación, se ajuste a derecho, pues aquellos que no tienen o cuentan con el estado que les debe garantizar al menos no estar en la situación de pobreza en la que se encuentran, siendo presa fácil de los extorsionadores del voto, como de la delincuencia (como salida económica o como mecanismo de defensa ante un sistema que los discrimina y repele), y de todo tipo de enfermedades que les produce el esquizoide mensaje de que son parte, pero no tienen lugar, ni oportunidad de sentirlo o vivenciarlo, readecuando a la democracia representativa en su instancia más crucial, simbólica y paradigmática, como lo es el momento de la votación o la elección.

Hacer visible, en la contundente forma, de que todos aquellos a los que nuestro sistema tiene afuera, valen como voto el número de cinco (5), nos impelerá a trabajar seriamente en generar una democracia verdaderamente inclusiva, más allá de los detalles de lo ideológico, lo partidario o lo cultural de cada pueblo que se precie de habitar y de convivir bajo un régimen en donde la representatividad, no tenga vicios de origen, o apañe situaciones históricas de desigualdad, injusticia y marginalidad, para sostener la perversa mentira de que todos en la misma proporción tenemos la misma contemplación del  estado, del que sí, en este caso, sin excepción todos hemos cedido en nuestra libertada política para su conformación.”.