Se trata del quinto congreso
multidisciplinario, organizados por la sociedad Novomexicana de estudios
sociales, filosóficos y humanísticos, la Universidad de Guanajuato y la
Asociación Filosófica de México a llevarse a cabo el lunes 22 de septiembre del
presente año, en Guanajuato, México que aceptó la Ponencia del correntino
intitulada “Nekrasov o la mentira en los medios”.
El autor expresó “Tanto nos dicen
que los filósofos siempre estamos al margen, bueno yo no quería quedarme afuera
del sistema de acumulación que nos impele a atesorar, bienes, materialidades y
desear en paralelo e instantáneamente ejercicios y consumos que jamás podríamos
realizar por nuestra limitante natural, que me dedique en estos meses a
acumular ponencias de congresos filosóficos, organizados por universidades del
mundo, más allá de este chiste , hago propicia la oportunidad para destacar el
desarrollo filosófico que viene desarrollando México, este es el quinto congreso,
de cinco estados mexicanos diferentes, en que participo con mis tesis, y más
allá de ser aceptado en todos, aspecto que no es óbice para señalar que en
pocos lugares del mundo, se puede observar la actividad filosófica que se está
desarrollando en el hermano país donde otrora residían los aztecas. Como siempre, la filosofía tiene que dar
explicaciones, porque de ello se trata, yo sólo quiero referir lo que me
moviliza a enviar estas ponencias, es la voluntad de compartir lo que uno
piensa, el poder estar, viajar, conocer, organizar luego un congreso de
filosofía en nuestro país, contar con un instituto nacional o una dirección provincial,
son todos aspectos secundarios, la sencillez de la vida nos disciplina en que
al final del día, tan sólo se trata de dialogar con interlocutores válidos, que
quieran y puedan, escuchar e intercambiar idea para un mundo mejor.
Finalmente y en relación a su
trabajo “Nekrasov y la mentira en los medios” refirió “A decir de Tzvetan
Todorov “ Que la libertad de expresión sea una necesidad parece claro cuando
pensamos en el ciudadano aislado, maltratado por la administración, al que se
le cierran todas las puertas y sólo le queda un recurso: hacer pública la
injusticia de la que es víctima y darla
a conocer, por ejemplo, a los lectores de un periódico. Pero estamos
simplificando demasiado. Imaginemos que el discurso que aspira a la libertad de expresión es el del
antisemita Drumont, o que tiene que ver con una propaganda odiosa, o que
consista en difundir informaciones falsas. Pensemos también no en el individuo
aislado, sino en un grupo mediático que posee cadenas de televisión, emisoras
de radio y periódicos, y que puede decir por ello lo que quiera. Que escampen al
control gubernamental es sin duda bueno, pero parece más dudoso que todo lo que
hagan sea beneficioso. La libertad de expresión tiene sin duda su lugar entre
los valores democráticos, pero cuesta ver cómo podría convertirse en un
fundamento común”