Carta abierta al Señor Gobernador de Corrientes.
El rotundo apoyo popular que lo ha catapultado al lugar donde se encuentra, más la impronta reformista, que usted mismo se encomienda, de trazar a diario en su gestión, mediante la sanción de la ley que declara la necesidad de modificar la carta magna, entre otros caminos que viene tomando, en el mismo sentido, de encargarse de aspectos centrales a modificar, tanto en lo normativo como en lo social, nos llevan a la siguiente petición pública, que creemos, tanto desde nuestro lugar, como en representación de diferentes medios de comunicación del interior de la provincia, que tiene que estar presente en su agenda política.
El tema, “el otorgamiento de pautas publicitarias oficiales a medios de comunicación”, produce en la Nación misma, determinados cortocircuitos y tensiones con medios periodísticos, llegando incluso a la intervención, al menos dialéctica, de sociedades internacionales de prensa, y de hecho, motivan por la supuesta discrecionalidad de la entrega de la mismas, presentaciones en la justicia, como la que hará en la presente semana un reconocido grupo informativo.
Consideramos, atento a circunstancias que se suman, a problemáticas salidas de periodistas de sus habituales espacios de difusión, que contando usted, con la alta aprobación de la ciudadanía, con su impronta reformista, y con la situación nebulosa y angustiante, que viven hombres y medios de prensa, como el nuestro que pese a ser único en su tipo (revista gráfica mensual, a colores) destinado a cubrir la realidad de todas las comunas de Corrientes, sin importar sí las mismas, son de 1°, 2° o 3° categoría, con más de 400 suscriptos, y la entrega de más de 500 ejemplares de gentileza, a lo que cabe agregar una agencia de noticias electrónica, que se actualiza diariamente y que recibe más de 500 visitantes al día, no ha recibido siquiera una respuesta acerca de una pregunta, que la hicimos en reiteradas oportunidades y nos seguimos haciendo, tanto a nivel privado, como público, y que es de una lata obviedad ¿Qué hay que hacer para recibir una pauta publicitaria, tanto del gobierno, como de organismos provinciales?. Las carpetas, por nosotros presentadas, duermen el sueño de los justos, mientras la decena de periodistas y de trabajadores del medio, se mortifican continuamente, al querer, sin poder lograrlo, levantarse de la pesadilla, de sus magros ingresos.
Conocemos el paño desde donde desarrollamos nuestra actividad, lidiamos con la tentación permanente, de manejarnos, como muchos sectores con intereses concretos, que cuentan con órganos y estructuras de difusión, y que se dicen hacedores del periodismo vernáculo, pero lamentablemente, estos grupos, numerosos y claramente identificables, por circunstancias, por nosotros desconocidas, poseen el auspicio y el apoyo de entidades oficiales, pese a sus manejos, distanciados sideralmente de cualquier código de ética.
No hicimos, ni hacemos, ni haremos “operativos de prensa”, destinados a desinformar para obtener el beneplácito, de algún generoso auspiciante, no sólo por una cuestión de principios morales, si no también por una cuestión de estilo; creemos que es de cuarta, tal actitud mercenaria de disparar, a gusto y piacere, por la recepción de un oneroso depósito bancario, dado que el servicio que ofrecemos no incluye la venta de nuestras creencias o la modificación de nuestras buenas costumbres.
En el caso de que la prostitución vip, sea moneda corriente, en los medios, no nos alzamos con una actitud vindicativa, denunciando la inmoralidad, simplemente creemos que también se debe respetar, a quiénes como nosotros, se intentan desarrollar con otros códigos, con otras formas.
Conocemos su abultada agenda, pero queremos creer que dentro de usted, reina la intención de modificar esta discrecionalidad, que muchas veces, al menos en el terreno de la especulación, se vuelve turbia, oscura y perniciosa, en relación a la distribución de las pautas oficiales a los medios de comunicación.
La Constitución Provincial, que será reformada en febrero del 2007, expresa claramente en su artículo 6: “La Libertad de la palabra hablada y escrita es un derecho. Toda persona puede ilimitada y libremente, en cualquier forma, manifestar sus ideas y opiniones, examinar y censurar la conducta de los poderes y funcionarios públicos, pero será responsable del abuso que haga de su libertad. No se dictaran leyes ni medida alguna que restrinjan el ejercicio de aquella, y en las causas a que diera lugar su abuso, se admitirá la prueba, siempre que fuese el injuriado un funcionario o empleado público. Es obligación de los funcionarios o empleados públicos, acusar a toda publicación en que se les imputen faltas o delitos cuya averiguación interese a la sociedad”.
Finalmente y para despedirnos, le recordamos algo que seguramente lo tiene muy presente “ Sí paga, mientras tiene, para que hablen bien de usted, siempre necesitara tener para que los pagados, no hablen mal cuando usted no tenga. Sí en el uso de sus facultades, arbitra los medios, sea mediante una ley o disposición, para que la distribución se ajuste a parámetros establecidos, claros y contundentes, la historia le rendirá un eterno homenaje, tanto a usted como a su descendencia”.